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[TOP 10] Los peores remakes de la historia (2 de 2)


Y seguimos con el top ten de remakes, algo que en España no termina de proliferar. En parte porque “rehechos” suena a sobras de la cena de ayer y en parte porque no sé quién querría rehacer Vente a Alemania, Pepe. ¡Terminemos de una vez con el sufrimiento! ¿Habrá acertado alguien el número uno? ¿Por qué faltan tantas películas? ¡Así son las listas, amigos! ¡Malas, subjetivas e inexactas!

5-PULSE

Ya no necesitan Petardas.com para ver una orgía como es debido

Pocas veces he visto en un festival de cine un abucheo mayor al que recibió Pulse en Sitges ’06. Y no es de extrañar. Remake de la japonesa Kairo, que cuenta con un buen número de fans alrededor del mundo, Pulse es el Bollycao Dokyo de los remakes. O sea, de un buen material que tiene el éxito asegurado, se han sacado de la manga un producto cutre, hecho en cinco minutos y mucho más publicitado que los dorayakis japoneses. Protagonizada por Kristen “Verónica Mars” Bell y Ian “Boone el que muere en Lost” Somerhalder –ya ven, actores con un pasado interpretativo de aúpa-, Pulse es una película que, supuestamente, da mucho miedo porque, ya saben, Internet nos matará tarde o temprano y nos dejará a todos convertidos en zombies alienados. ¡El horror! ¡Aléjense de las nuevas tecnologías! ¡Todos al campo! Pero donde en Kairo encontrábamos sutileza, terror psicológico (o japonés, que parecen sinónimos si le preguntas a un otakito cualquiera) y una historia que trataba con metáforas obvias pero en las que se podía rascar algo, en Pulse se transforma en un puño americano que nos golpea en la cara sin cesar. Es una de estas películas donde los protagonistas repiten lo que ha ocurrido veinte veces (“¡Oh, dios mío, Jimmy ha desaparecido y ahora sale en esta página web!”-“¿En esta página web?”-“¡Sí! ¡Jimmy, nuestro amigo desaparecido, sale en esta página web!”-“¿Y dices que estaba desaparecido?”) para que el espectador, obviamente idiota, no tenga que hacerse preguntas. Si aun os estáis preguntando si esta película es tan mala como parece, sólo diré una cosa: En esta lista podía haber entrado The ring, The ring 2, Dark water o La maldición, pero al final ha entrado Pulse. Morid por dentro un poco.

4-EL PROFESOR CHIFLADO

¡Eddie Murphy es negro y gordo! ¡Lo políticamente correcto hace que nos ríamos pero poquito!

Hay actores que llenan su pantalla sólo con su ego. Luego, hay actores que se creen que sin ellos, una película no puede funcionar. Luego, están los que crean religiones en torno a sí mismos. Finalmente, está Eddie Murphy. Los más habituales del lugar quizá hayan notado ya que le tengo especial tirria al actor afroamericano, pero no es solo por sus terribles actuaciones en Atrapado en un pirado (¡Ahora Eddie Murphy se desdobla en cuarenta papeles diferentes!), Superdetective en Hollywood 3 (¡Axl Foley en busca del carisma que tuvo en la primera parte!) o Doctor Dolittle (otro remake, por cierto, que manda narices). No. La razón principal de mi aborrecimiento hacia Murphy es que se atreviera a coger El profesor chiflado, la original de Jerry Lewis, la llenara de chistes de pedos, tetash y personas gordas y le quitara todos los golpes de humor de Buddy Amor para transformar al personaje en una parodia de sí mismo. El profesor chiflado moderna es a El profesor chiflado de 1963 lo que un sex shop a un cine de la transición proyectando Nueve semanas y media. Vamos, un despropósito hecho a toda prisa, casi sin guión (¡oh, miren! ¡El protagonista ha vuelto a tirarse un pedo! ¿Es que nunca parará el humor?) y con el único propósito de que el actor interprete dos papeles en uno. Por supuesto, El profesor chiflado 2 no hizo sino aumentar más y más comicidad al asunto: ¡Eddie Murphy interpreta a toda una familia de obesos! ¡Más pedos! ¡Más chistes verdes! ¡Jerry Lewis removiéndose en su tumba como sólo él sabe!

3-EL PLANETA DE LOS SIMIOS

“Helena Bonham Carter, que tiene cara monesca”

Conste que fue mejor de lo que podía haber sido. Podía haber sido una película donde un Cornelius con el pelo liso tapándole el ojo izquierdo intentara suicidarse mientras Zaius, con tijeras en las manos, nos recordara a todos que el verdadero sentido de la Navidad es ser un gótico que te cagas. Bueno, quizá aun así fuera mejor que lo que Burton nos ofreció en 2001: Una película que sólo compartía con la película original el título y el nombre de un par de personajes. Schaffner hablaba de un viaje en el espacio que acababa con un panorama desolador (¡todo había sido un viaje en el tiempo!), pero Burton no sabe de qué demonios está hablando. ¿Es un viaje entre dimensiones paralelas? ¿Es un viaje en el tiempo? Ni lo uno ni lo otro: Es un viaje hacia el interior del lado del cerebro más lento de Tim Burton, ese que rodó La novia cadáver creyendo que iba a hacer Pesadilla antes de Navidad 2 y que hizo este Planeta de los simios creyendo que iba a mejorar la original. La escena en que el protagonista, un Mark Wahlberg más desorientado que nosotros, se postra ante la estatua de un mono presidente, causó conmoción y risas entre el público y todos le perdimos el respeto a Burton inmediatamente, siendo por fin libres de decir lo que siempre hemos pensado: Que no es para tanto. Que es un goticucho de tres al cuarto. Que el pelo le queda fatal. Que Danny Elffman siempre hace las mismas canciones cansinas. Ay, qué a gusto nos quedamos todos. Si al final sirvió para algo la peliculilla y todo.

2-THE WICKER MAN

¡Huye, Nicolas Cage! ¡Que el hombre de paja no coja tu peluquín!

Nos retrotraemos de nuevo al festival de Sitges de 2006, donde, tras nueve días viendo películas sin parar y con vigas de acero en vez de párpados, nos encaminaron a todos a las 9 de la mañana a ver una de las películas más esperadas: The wicker man, el remake de la película de Robin Hardy que, vaya desde ya, es más malo que vender droga a tu abuela y decirle que son pastillas para la tos. El filme británico original es todo un clásico oculto: Una película que, poco a poco, nos iba introduciendo en los rituales de un pueblo en un crescendo que acababa sorprendiéndonos a todos, que nos veíamos indefensos ante el pasar de los hechos. El filme americano, por el contrario, nos hacía desear desde el primer minuto que Nicolas Cage muriera salvajemente. Así que, cuando pasa, ni sensación de agobio ni garbanzos con bechamel: Gritos, alegría y jolgorio en la sala. ¡Cage ha muerto! ¡El bodrio se acaba! ¡Al fin! El argumento es de risa desde el primer momento (una ex de Cage le dice que tienen una hija en común desde hace 14 años, así que Cage se va a una isla super-misteriosa-que-te-cagas a buscarla, ya que sale en sus sueños llenos de fantasmas), pero con una buena dirección la cosa podría salir adelante. El problema es que Neil LaBute, el director, no ha destacado nunca precisamente por su labor tras la cámara. Vaya, la persona cuyo mejor registro es Persiguiendo a Betty tampoco se pueda decir que sea un gran genio, pero es que en The wicker man perdió todo el sentido del ritmo, de la narración y de la dirección de actores. Quizá por ello sea que Nicolas Cage realiza el peor papel de su vida. Sí, amigos. Peor incluso que el de Ghost rider. Y ya es decir. Por cierto, al final me dormí en Sitges. Gracias a dios.

1-PSYCHO (PSICOSIS)

¡Chan chan chan chan! ¡Chan chan chan chan! ¡Chan chan chan chan! ¡Piruuuríi! ¡Piruuurí! (Letra popular)

Eh, chicos, tengo una gran idea. Vamos a coger Psicosis, la original, la buena, y a regrabarla plano por plano, de la misma manera a como la grabó Hitchcock, y a cobrar un pastón por tocarnos las pelotas desgastando el VHS de la película original. Si esto lo hago yo, es un plagio en toda regla, un cero como una catedral en clase y una recaudación penosa. Pero como lo ha hecho Gus Van Sant, entonces es una obra de metacine, una inteligente maniobra que esquiva el comercialismo y que debe ser valorada en su justa medida. Sí, claro. Y de paso, llevándose un par de cientos de miles de dólares al bolsillo por la ocurrencia. Lo siento mucho, pero no termino de comulgar con la idea de “el mejor remake es el que está grabado plano a plano respetando al original y sin aportar nada nuevo”, porque para esto me pongo la película antigua. Ni Anne Heche es Janet Leigh, ni la escena de la ducha está bien resuelta (ese Vincent Vaughn con peluca, desvelando la gran sorpresa de la película), ni los añadidos resultan necesarios (¿Norman Bates masturbándose servía REALMENTE para algo? ¿Dio algo más que asco?) y, en general, resulta el no-va-más de los remakes. Después de aquí, no se puede caer más bajo. Gus Van Sant, púdrete en el infierno. Vuelve a hacer un Indomable Will Hunting ya. So payaso.

¡Y mañana, el preestreno de lo nuevo de Clint Eastwood! ¡Nos desvivimos por ustedes!